comensal (*)


Entre dos personas se produce un hueco dejando visible al rojo salero - un espacio pequeño que se achica a medida que el rostro izquierdo se aproxima al derecho - la comida está servida - el pollo deshuesado al limón necesita sabor, algo de sal, quizá mucha - los rostros se funden en besos haciendo imposible cualquiera acceso al ingrediente deseado - el pollo sin gusto se enfría a medida que los cuerpos toman calor, a medida que las manos prologan el deseo urgente.

El salero oculto en la sombra mantiene en vilo al comensal, mientras que los otros (aquellos), se abanican en movimientos fuertes > el pollo pierde temperatura > la perplejidad acompañada por el hambre imploran un final > un desenlace > algo = sal.

Las manos rodean al cuello, descienden por el pecho, pierden equilibrio en el bajo vientre, se apoyan en la mesa, se llenan de impaciencia, generan torpeza:

el salero trastabilla, rueda hasta caer al piso.


“Inerte en el suelo yace desparramado”


Los rostros se separan (bruscamente), vuelve a producirse un hueco, un hueco distinto - diferente:



“Un vacío desolador,

grito inerte,

paladar entristecido”


Comen sin sal > atroz.




foto: manu
(*) Se puede acompañar el cuento con el tema "Comersal" de Federico Orlando